No es un buen día. No hay motivos, o quizá haya demasiados como para ser enumerados. Quién sabe.
En lo básico, todo está de mi lado. Tengo techo, tengo abrigo, tengo sustento, familia y amigos. Pero hoy, en concreto, el mundo no tiene un eco bonito.
Me refugio en la lectura, en la música, en el papel. Me escondo en el mar y en todos los recuerdos que enterré en sus orillas. Me canto canciones bellas que hablan del color azul y una ciudad que amo. Me sirvo un vino frío. Me falta mucho para tenerlo todo, pero lo que tengo no es suficiente.
No es un buen día, pero orbita en el mundo un optimismo infantiloide que me empuja hacia arriba. "Venga, tú puedes", "Todo esto pasará", "Ánimo, eres valiosa"... y yo miro alrededor sin saber qué es lo que he hecho mal, porque no sé que es lo que tengo que poder, qué tiene que pasar o cuánto valgo en realidad. Yo solo quiero estar un rato, sea bien o mal.
Los fantasmas abren la puerta y se sientan a mi alrededor. Mientras les sirvo un café dicen que si fuera más joven, más bonita, más rellenita, menos cínica.., si supiera callarme, si no tuviera mi vida, que es culpa mía, porque quién me manda a mí tener, querer, aspirar. Y yo les miro en silencio, esperando a que se marchen, reconfortada por su compañía, porque al menos a ellos los conozco. Llevan a mí lado toda la vida.
Que el día podría mejorar si otro quisiera lo sé, como también sé que esa solución sería como llevarme a la boca un dulce podrido. Hace tiempo que me di cuenta que el otro no puede tener poder sobre mis sombras.
Así que aquí me quedo. En mi purgatorio personal. Haciéndome preguntas. Escribiendo posibles respuestas. Sola. Consciente de lo agradable que es, en el fondo, poder tener un día de mierda.
Buenísimos días querid@s y no tan querid@s,
Es viernes,
Si tiene que pasar, pasará, pero no lo fuerces porque solo servirá para romperlo todo. Sigue con tu vida y no te frenes ni por nada ni por nadie, si algo es para ti, tarde o temprano acabará siendo parte de ti.
Hoy café sin sonrisa, si no sale no sale.
