viernes, 13 de mayo de 2016

Placer: sentido a sentido




¿Por qué si escuchamos o leemos sexo oral solemos relacionar, irremediablemente, boca y genitales? ¿dónde queda entonces toda la riqueza de esta práctica?

Sin duda, el sexo oral es mucho más de lo que solemos imaginar, ya que el placer oral se alimenta de todos los estímulos obtenidos a través de nuestros cinco sentidos.


Por la vista
¿Te has encontrado alguna vez una boca inyectada en deseo? Esa boca que calla pero te está diciendo de todo. Viendo una boca podemos intuir su textura, temperatura, humedad e incluso su sabor. Consigue que tus hormonas se revolucionen y afloren tus fantasías. Podría conseguir en cuestión de segundos, si asomara una leve e insinuante sonrisa de medio lado, que no te importase nada más.
Hay personas que se disgustan viendo besos apasionados en la calle, a veces por pura envidia, aunque lo escondan alegando indecencia. Sin embargo, muchos son los que ven en ellos el reflejo de sus deseos y despiertan aún sus ganas de besar y ser besados.


Por el oído
Escucha la erótica de las palabras, el susurro, el secreto, la intención, el silencio. Esa voz que gime tu nombre, te habla y emite sonidos que acarician tus sentidos. Canciones amorosas o apasionadas, que despiertan tus ganas de cuidar o de amar apasionadamente.

Dicen que las mujeres nos erotizamos más por el oído y los hombre por la vista. Aunque muchos seamos unos mirones, sabemos bien del poder seductor del verbo y su dificultad.


Por el gusto y el olfato
El sabor del primer beso, o del último, no se olvida. Besos que saben a sexo o a algo más. Lenguas que recorren cuerpos desnudos con sudores nuevos que saben rico. El sexo ha de saber a sexo, no a flores, sólo a sexo.
Los besos son importantes para crear vínculos pero, ¿sabemos besar? Beso seco o piquito, francés, con lengua, morreo. Succionador o secuestrador del labio inferior. Cazador, huidizo o el de sí pero no. Beso tipo Hollywood, falso, sin lengua, pero muy apasionado en apariencia. Da igual el tipo de beso, no los hay mejores ni peores, ni siquiera grandes besadores. Lo importante, como todo en la vida, es que haya entendimiento y a los implicados les guste.
Con la boca también podemos chupar y soplar, dos actividades que contribuyen bastante bien en el apartado de caricias orales. Beso en la oreja, con chupetón húmedo, introduciendo ligeramente la lengua, succión del lóbulo y, para terminar, soplido suave y lento sobre lo mojado. Una secuencia deliciosa.

Hay quienes aseguran que el sabor de los besos y el olor corporal determinan la elección de pareja. Si nos atrae el sabor de su saliva o el olor de su sudor, puede ser para morirse. Oler un cuerpo excitado puede considerarse un verdadero manjar.


Por el tacto
Como un caramelo es tocar, acariciar, chupar y morder.
Imagínate una lengua juguetona recorriendo cada rincón de tu cuerpo. Saborear. La lengua que juega, caliente y húmeda, es fundamental para realizar las prácticas más asociadas con el término sexo oral. Siempre mejor buscar aliados en las manos, dedos o juguetes sexuales.



Y ahora que conocemos todo esto, te hago una propuesta: susúrrale a alguien a quien desees regalar unos minutos de intenso placer oral. Te aseguro que no sólo lo disfrutará quien lo recibe...


Matemática de la carne - Rayden






Buenísimos días querid@s y no tan querid@s,

Es viernes,

Cuando el próximo día entre tú y yo sólo se interpongan las velas de Ikea, ten claro que el amor para toda la vida empieza con un polvo inolvidable.

Después si eso ya nos tomamos el café....




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