domingo, 2 de abril de 2017

Es ahora



Yo no sé si ella me estaba esperando a mí, pero yo la he esperado a ella durante largos meses. Quizá fue, seguro que fue porque la descubrí en soledad, sin ideas ni juicios ni vivencias compartidas anteriores (buenas o malas) que me condicionaran, pero sin duda la siento como parte de mí cada vez que regreso, y ya van unas cuantas. Me da buena energía, paz y me carga las pilas para una buena temporada. Todos y cada uno de los recuerdos que guardo de ella son realmente míos y magníficos además. Y es que hay recuerdos que duran más que el amor.

Así que es como el título de una de las novelas de Elisabeth Benavent, es Mi Isla.

Siempre descubro algún sitio nuevo que desconocía y los que ya conozco de antes vuelven a gustarme de nuevo. Este es uno de los lugares especiales que invitan a ser feliz. Son tan amables siempre conmigo y siempre me recomiendan sitios diferentes. Esa manera que tienen de decir "mi niña" me encanta y me hace sentirme bien e incluso pequeña y cuidada (aunque sea una expresión muy suya). Esas casas blancas de lineas sencillas en contraste con lo negro del paisaje, es dónde siempre me he imaginado que algún día me gustaría vivir.

Estando allí cayó en mis manos un artículo que decía algo así como que se comprende que en el mundo hay más gente buena que mala, que la gente siempre te ayuda y te cuida. Que se aprende mucho de las personas, sus experiencias y sus actitudes ante la vida. Y que el único riesgo que se corre al hacer un viaje en soledad es que te falten días y quieras repetirlo de por vida. Y yo sólo puedo decir: amén.

Había pensado hacer un pequeño diario de viaje para compartir, pero no lo he hecho porque me he dedicado a descansar, a pasear, a tomar el sol, a no pensar en nada que no fuera disfrutarme y hacerme feliz... y lo he conseguido. Me ha venido tan bien hacer una parada en medio de mi caos de vida constante últimamente, que no he querido tener ninguna obligación por pequeña que fuera... Además, de unos meses a esta parte, casi ni leo, ni escribo, me cuesta mucho mantener la atención sobre algo que necesite un mínimo esfuerzo, y ambas cosas lo requieren. Tampoco he querido esforzarme aquí, solo sentir(me) y estar muy tranquila porque no sé lo que me espera mañana, porque hay que seguir viviendo a pesar de todos los cielos que se hayan desplomado.

He necesitado tiempo pero he vuelto a sentarme frente al teclado. Y ha sido bonito sentir otra vez que las palabras salen. Abrir el corazón y poner en orden una madeja de sentimientos que hasta hace poco yo misma no sabía explicar. Me había perdido y lo sabía, pero afortunadamente aquí me he vuelto a encontrar, después eso sí, de un casi un mes previo de preparación. Mucho mejor que antes. Nada ocurre porque sí. Y ya estoy preparada para volver al mundo real.






Buenos días a tod@s (sin excepción),


Es domingo,

Despúes de pensarlo mucho, sé que tengo que darte las gracias a ti por darle sentido a la palabra amor. Quiera o no quiera, te quiero. Siempre.

Sonríe, nunca sabemos cuándo ha llegado la hora de partir. Es ahora o nunca.


Humo - Jarabe de Palo



Cueva de los Verdes



Cueva de los Verdes




(Playa Blanca)
Ojalá el café siempre tuviese estas vistas...






No hay comentarios:

Publicar un comentario