Del día que volví a tirarme al vacío sin arnés, del día que volví a tirarme al agua sin salvavidas, del día que volví a tirarme cuesta abajo sin frenos, del día que salté por los aires sin paracaídas.
Del día que me dí cuenta que detrás de las personas hay personas, del día que me dí cuenta que abrirse en canal implica demasiados riesgos, del día que me subí en el vagón equivocado, del día que me dí cuenta que había llamadas que rompían esquemas, del día que me dí cuenta que tenía que ser yo misma, del día que me dí cuenta de que no debía guardarme nada dentro, del día que me dí cuenta que no servía de nada planear nuestro destino.
Del día que volví a tirarme al vacío y volví a estrellarme contra un muro.
Del día que aprendí que a veces se gana y otras se aprende, pero que aún estrellándome contra mil muros, era mejor aprender que seguir sentada esperando.
Buenísimas tardes a tod@s,
Es martes,
Desearlo con fuerza hace, sin duda alguna, que lo sientas más cercano y más posible. Cierra los ojos y siéntelo.
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