Relaciones sexuales

¿Cómo es una relación sexual?

¿Por qué a mucha gente les acarrea sufrimiento?

¿No debería ser siempre como al principio? Perfecta, hermosa, maravillosa.

¿Qué pasa?

¿Por qué una relación sexual que empezó siendo maravillosa se vuelve rancia y amarga?

Al principio, cuando dos personas se conocen, piensan: "Esta va a ser la experiencia más álgida del mundo". 

El hombre piensa: "Es la mujer más bella que he visto en mi vida".

Y la mujer piensa: "Es el hombre más magnífico que haya habido jamás".

Empiezan su andadura con una imagen ilusoria, y proyectan a partir de ella. Ven en el otro todo aquello que quieren ver, y no ven a la persona real. En vez de ver a la persona que tienen delante, ven sólo su propio sueño proyectado. Pero tarde o temprano la realidad se afirma, y, una vez satisfecho el deseo sexual, cuando la hipnosis básica de la naturaleza se ha satisfecho, todo empieza a volverse amargo. 

El problema es que prometiste amar a esa mujer para siempre, y ella prometió que, incluso en vidas futuras, sería tu sombra, y ahora resulta que estáis atrapados en vuestras promesas. Ahora, ¿cómo dar marcha atrás?

Y así se instala la hipocresía, los fingimientos, la ira...

Ahora le das la mano al hombre, pero es simplemente una mano que transpira, no ocurre nada; ya no hay poesía, sólo transpiración...

Besas a la mujer, pero no encuentras nada, salvo el olor del mal aliento.

Todo empieza a volverse desagradable, y entonces reaccionas, entonces te vengas, haces responsable al otro e intentas demostrar que el otro es el culpable, porque ha hecho algo mal, porque te ha engañado, porque fingió ser lo que no era. Y todo se convierte en un desagradable asunto.

Recuerda, la falta de percepción consciente es tomar lo doloroso por placentero. Si algo es placentero en un principio y acaba volviéndose doloroso, recuerda que fue doloroso desde el principio. Sólo la falta de percepción consciente te ha engañado, no te ha engañado nadie más. No estabas suficientemente alerta para ver las cosas tal como eran; de lo contrario, ¡cómo puede el placer convertirse en dolor! Si hubiera sido placer verdadero, con el paso del tiempo habría sido un placer cada vez mayor. 

Así es como debería ser. 

(Osho)