Sería más fácil y mucho más placentero si pudiésemos pensar en tener un sexo sin finalidad, lo pasaríamos mucho mejor, porque el orgasmo no sería una finalidad en sí, sino una recompensa accidental.
Todas las dificultades sexuales van muy de la mano del orgasmo. Eliminado como objetivo a toda costa de una interacción sexual, se eliminarían dichas disfunciones.
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