Las tormentas nos sobrecogen por su impresionante espectáculo (fíjaos en la de ayer), y por lo diminutos que nos hacen sentir frente a la naturaleza. Ella nos recuerda, con superioridad, nuestra pequeñez, es como un réquiem, que majestuoso, nos deja claro que no viviremos más de lo que no está escrito en los libros de la tierra.
Pero no tengas miedo, temer es dejar de apreciar todos los matices de nuestro mundo, el no saber nada de cuando no éramos, y el no saber nada de lo que seremos, una vez no seamos.
Mientras tanto, cada segundo es un delicado capítulo lleno de detalles extraordinarios que anegan los ojos de aquellos que disfrutan de cada segundo de un sentimiento. Oler la piel amada, ver como se eriza, las respuestas de un cuerpo a estímulos de otro, el fruto de la mirada, el sabor de una lágrima ajena, son privilegios para aquellos que saben perder y ganar las batallas, o desayunar en la soledad cuando todos se han ido.
La vida nos da una entrada a un espectáculo del que somos, protagonistas y público, y es necesario aprender a gozar de todo ese regalo.
Con suerte, tendremos la edad adecuada para recordar todos los vinos probados, sus matices y sus correspondientes historias, aunque sepamos que nunca más volveremos a embriagarnos con todas esas extraordinarias cosas.
Something - Elvis Presley
Buenísimos días querid@s y no tan querid@s,
Es jueves,
¿Café?
Y ahora ya no tengo dudas. No tengo remordimientos, ya no tengo sombras, no tengo pecado, no tengo pasado. Sólo tengo unas ganas enormes de volver a empezar. Y de ser feliz. (Federico Moccia)
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