Si hemos sido de los afortunados y hemos podido con el 2020, estamos listos para el 2021.
Esta fue la primera y la última escapada en el mes de febrero poco antes de que todo esto estallara y decretasen el estado de alarma.
De los meses de marzo y abril solo puedo decir que fueron duros y difíciles, apenas salíamos del hospital, trabajamos muchísimo y acabábamos exhaustos, pero me quedo con la gran enseñanza de trabajar en equipo, que a pesar de todo lo malo que vivíamos a diario, tuvimos grandes momentos y que sacó lo mejor de nosotros.
En el mes de mayo pasé muchísimo tiempo en esta terraza, la usaba para trabajar, para hacer ejercicio, para las cientos de videollamadas que me acercaban a mi gente.
La primera salida que hicimos después del fin del confinamiento fue en el mes de junio a Aranjuez, nos iba bien cualquier sitio con tal de movernos un poco, paseamos mucho, comimos y bebimos rico y pudimos volver a estar juntos.
Los meses de julio, agosto y septiembre fueron los de los reencuentros con la familia más cercana y el poder volver a compartir momentos juntos, aunque no de la manera en la que solíamos hacerlo antes, hemos sido todos sin excepción prudentes y cuidadosos y no hemos ampliado el círculo ni hemos tenido más contactos, aunque tuviéramos millones de ganas de hacerlo.
En el mes de octubre y antes de más restricciones y confinamientos perimetrales, aún pudimos disfrutar de los maravillosos colores del otoño.
Noviembre lo hemos dedicado a dar paseos y a volver a descubrir Madrid, que siempre es una buena idea.
Y diciembre lo termino así, esperando y expectante ante el día de mañana. Espero que 2021 sea mejor que 2020 como todos nosotros en este momento, es mi único deseo y pongo mi confianza en eso por que ha sido un año duro y hemos sufrido, pero yo me siento afortunada porque al menos todos los que me rodean y la gente a la que quiero sigue teniendo salud, la gran enseñanza del 2020 ha sido que es lo más importante en la vida.
Aún así sigue siendo difícil porque hoy echaré de menos a demasiadas personas cuando sea el momento de despedir el año, ya que no estaremos juntos como hacíamos siempre. Esas noches pasadas en las que nos sentábamos juntos a la mesa y celebrando. Nosotras siempre subidas en una silla para bajar con el pie derecho y cantando juntas la canción de Mecano que nos acompaña desde no sé cuando, mi madre siempre abrazándonos y llorando en el primer segundo del año, los brindis y salir todos juntos a la terraza del ático para ver los fuegos artificiales.
Pero seguiré dando las gracias porque en este momento para mí tienen más sentido que nunca. Este año que acaba me ha hecho ser más valiente que nunca y me ha borrado el poco ego que tenía de un plumazo, haciendo que mi ombligo pase a un segundo, tercer o cuarto plano, y es que la vida solo tiene sentido si la vivimos junto a las personas que tenemos cerca. Doy las gracias a las que durante estos meses han estado cerca, muy cerca de mí, porque sin ellas mi vida no sería igual, las que me han cuidado y me cuidan, me sostienen, me hacen reír, me escuchan y me abrazan cuando algo no va bien. Aunque a veces se me olvide recordárselo y aún me cueste decirlo. GRACIAS de corazón a mi familia, a mis amigos y a mi pareja por estar conmigo.
Un año más - Mecano (y hoy no podía poner otra canción, aunque este año no haya nada de esto, pero es que yo siempre empiezo así el año y este no va a ser diferente, al menos esto no van a quitármelo).
Buenos días a tod@s querid@s,
Mientras me tomo un café os mando mis mejores deseos para este año que comienza, ánimo, fuerza, constancia y a luchar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario