Creo firmemente en el universo y en sus señales y en las consecuencias y sus descargas eléctricas. A riesgo de parecer idiota.
Creo en la magia de la luna y en el poder que tienen las estrellas.
Creo que todo en la vida pasa por algo y lo que no pasa también.
Creo siempre en la fuerza del destino y en cómo te tira del brazo fuerte cuando te alejas de algo o de alguien que debe estar cerca.
Creo que todos tenemos un potencial oculto bajo un manto absurdo de creencias.
Creo en el poder de los cuidados, en el de la escucha y en el de que nos hagan sentir especiales.
Creo en la inmensidad de la gratitud a la que a veces le devolvemos la espalda no agradeciendo todo lo que nos ha dado la vida. Empezando por eso, la vida. Por el agradecer el simple hecho de respirar.
Creo en los ahora y no le doy vueltas a qué será de mí mañana. Porque puede que ya no esté yo para contarlo.
Creo en los sabios que son nuestros cuerpos y cómo se desviven ante determinados estímulos.
Creo en la bondad de las personas y en cómo algunas serán capaces de cambiar el mundo.
Y creo en mí, firmemente creo en mí. Y creo sobre todo en la gente que me rodea y me acompaña. Y creeré en ellos cuando ni ellos mismos tengan fuerza para hacerlo.
Buenísimos días querid@sy no tan querid@s,
A todos, menos a los que queréis algo pero como es complicado, os conformáis con otra cosa.
Es miércoles; café y al lío.
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