viernes, 27 de octubre de 2023

Expectativas

 

El otro día una amiga me dijo que no entiende que se espera de nosotras. Si soy sincera, yo tampoco. 

Es posible que lo que se espere de nosotras sea un ideal inalcanzable. Fuerte, pero vulnerable. Simpática, dulce, digna, decorosa. Profesional, pero maternal. Implicada, pero discreta. Apasionada solamente en lo moralmente aprobado. Que te vaya bien, pero no demasiado, que se sienten castrados. 

No sé, siempre que me miro al espejo (siendo espejo en este caso una metáfora de mirarme hacia dentro), siento que falta algo, que estoy haciendo algo mal. Y no me gusta la sensación de estar en un tablero de ajedrez, tratando de descubrir cuál es el movimiento que se me permite. 

Cada día estoy más segura de que las mujeres fuertes no gustan. Como si tuviéramos que pedir perdón. Como si tuviéramos que esconder las apetencias. Como si debiéramos condicionar la ambición de ser felices y libres a ese imaginario común que son las expectativas. Lo que creen que queremos. Lo que deberíamos esconder por no asustar. Lo que no tiene que decir una señorita de bien para que se la respete y tome en serio. 

Yo soy así. Así como veis. Soy una mujer fuerte que se siente continuamente frágil. Soy una mujer independiente que busca escoger, no necesitar. Soy una mujer que no esconde lo que le apetece y que no sabe jugar a hacerse la interesante. 

Y, a pesar de que me he chocado con mucho "no" y me despeina el rebufo de la ventolera que levantan ciertas huidas, así es como soy. Y si da miedo o espanta, poco puedo hacer. 

Despedirme con el pañuelo en el puerto de la indiferencia, me temo. 


Pausa - Izal




Buenísimos días querid@s y no tan querid@s,

Es viernes,

Dos almas parecidas se reconocen y no busques explicación, es algo que ni siquiera los cinco sentidos comprenden.

Café y en marcha. 







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