sábado, 10 de febrero de 2024

No mata gatos

 

Puede que esta afirmación carezca de sentido, pero tengo fe ciega en la curiosidad. Me encomiendo a ella en la mayor parte de mis súplicas. Es la responsable de mis devaneos, de mis aprendizajes, de las penas, las heridas, del tejido cicatrizal y lo que sé, siento y soy.

La curiosidad, esa que me empuja la línea de las fronteras físicas para que el mundo me parezca grande pero también cercano; que sostiene mi creencia en que ciertamente, se me perdió algo en cualquier rincón del planeta que es posible recoger con los ojos, con mi nariz, con mi boca.

La curiosidad que es la que me azuzó a aprender y que borró con diligencia lo memorizado por compromiso, pero hizo una excepción con algunas capitales y un par de básicos. Es ella la que lee y devora, la que acumula, la que desgrana, deconstruye y convierte lo aprehendido en algo tocable y amable.

La curiosidad es una divinidad a la que venero y a la que le di el aspecto de un gato esbelto que pasea por la azotea más alta.

La curiosidad es la que me empuja a querer conocer cuánto es capaz de sentir mi piel, qué pasará si alargo la mano, qué puede ocurrir si le vuelvo a ver.

La curiosidad que no obliga, y que solo susurra. La curiosidad que está disfrazada de tentación, sacudiendo las caderas y mordiéndose los labios.

La curiosidad es capaz de llenar el tiempo hasta la indecencia.

La curiosidad, esa que dicen que es la que mata gatos, pero yo creo que es probable que la curiosidad es la que le haga vivir muchas más vidas de las que le corresponden.


Mikel Izal & Xina Mora - El miedo


Buenísimos días querid@s y no tan querid@s,


Es sábado,


Cuando puedo hacer algo, lo hago sin ningún problema y cuando me prohíben hacer algo, también lo hago sin ningún problema. Así soy yo: rebelde por naturaleza. 














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